Diciendo que te amo se me pasan las horas,
repasando tu mirada con la ayuda de la nostalgia,
diciéndole a mi espejo que te extraño aunque te haya visto,
invitando en ese momento a la melancolía.
Diciendo que te amo mi rostro se viste de alegría,
porque por tenerte mi boca se llena de sonrisas,
porque toco el cielo tomada de tu mano,
porque iluminas mi vida con tu vida.
Diciendo que te amo podría pasar la vida entera,
tatuando mi nombre con besos en tu cuello,
dejando huellas en tí, mi ser más bello,
y buscaría decírtelo de otra manera.
Porque mi voz te lo diría,
mis manos no lo callarían,
mis besos me delatarían
y mis ojos llorosos cuando no estás
también de eso hablarían.
Pero, ¿de que otra forma digo que te amo?
si aun en mi silencio, cuando me quedo callada,
o cuando por las noches tomo mi almohada,
si alguien me viera seguramente lo notaría.
Entonces, ¿de que otra forma digo que te amo?
Una forma distinta, jamás dicha, jamás usada,
de una forma nueva, por mí inventada,
que la escuches con el roce de mis manos,
O cuando te acerques a mis labios,
o solo con mi respirar,
o en mi forma de caminar
cuando a vos dirijo mis pasos.
¿Y si te lo dijera pensando en nuestro futuro?
el que anhelamos juntos, el que esperamos juntos,
el que aparece cada noche en mis sueños
de los cuales no quiero despertar.
¿O te lo digo sin buscar otra forma?
con mi corazón abierto y hacia tí extendido,
con cada uno de mis latidos
¿así como te lo he dicho hasta ahora?
Intentaré con algunos versos,
que salen de mi alma enamorada,
en tu mirada capturada
y prisionera de tus besos.
Estoy convencida, eres el amor de mi vida,
sinceramente sin vos vivir yo no podría,
las ganas de estar junto a vos son más que ganas,
es un deseo que trata de ser paciente,
Para poder estar a tu lado para siempre,
y dejar de contar las horas que hacen falta para verte,
para tenerte conmigo, para que seas mi abrigo,
el refugio perfecto de mis besos, la cobija perfecta de mi cuerpo.
Y buscar cada mañana, cuando amanezca viéndote a los ojos,
otra forma para decirte que te amo,
aunque seguramente ya lo sabrías,
porque aun estando dormida te lo diria.
Diciendo que te amo podría pasar toda la vida,
repasando tu mirada y perdiéndote tú en la mía,
la nostalgia olvidada, despidiendo a la melancolía,
iluminando tu vida con mi amor, mi deseo y mi vida.
(«Diciendo que te amo he agotado las palabras, las cuales no fueron suficientes, mi temor se convirtió en valiente, porque hoy en vez de perderte escuché de nuevo que me amas.»)